La producción de la Manzana Reineta del Bierzo está condicionada por múltiples factores, algunos de ellos no controlables, como la climatología, pero que son tenidos en cuenta a la hora de tratar el fruto.
Los cuidados del fruto comienzan cada temporada en la época de poda, en los meses de enero-febrero. Este proceso se hace de forma manual, por personas expertas, con el objetivo de eliminar las ramas estériles y conseguir una carga productiva equilibrada. Un árbol muy cargado producirá más cantidad de manzanas pero de menor calibre, por el contrario, un árbol con la carga justa producirá una cantidad adecuada y de buen tamaño.
Avanzando los meses llega la época de floración, muy condicionada por la climatología. Es en este momento cuando las abejas se hacen presentes en el campo ayudando a la polinización del fruto. Esta es una parte muy importante y en ocasiones, muy desconocida por la mayoría de las personas.
Con el inicio del verano aparecen los primeros frutos. Su tamaño aún es muy pequeño pero se puede ver ya su forma y la cantidad de carga en cada árbol. El calor y el sol del verano permitirán que las manzanas adquieran el punto justo de maduración para su recolección. El tamaño, el grado de dureza y el contenido en azúcares son los parámetros que determinan cuando recoger el fruto.
La recolección se hace de forma manual, sin maltratar el fruto que será transportado a la central donde se identifica y realizan diversos controles de calidad. Posteriormente se conserva en cámaras acondicionadas.
Durante el envasado se selecciona el fruto discriminando por tamaño, forma y calidad. Finalmente la fruta es identificada con el sello D.O.P Manzana Reineta del Bierzo para su comercialización.
